El adolescente desea ser autónomo e independiente, por lo que sus conductas serán un reflejo de esta necesidad interior y por tanto estarán condicionadas por esta actitud intima. Pero ese proceso de autonomía e independencia es lento con retrocesos y avances rápidos y siempre inseguro y lleno de tentativas (no siempre acertadas).
Por otro lado el desarrollo de sus capacidades mentales (reflexión, espíritu crítico, planificación, abstracción, etc.) le permite un mejor análisis de los aspectos cognitivos de las actitudes y de la realidad, así intenta explicarse el mundo desde su perspectiva y le parece que los adultos están equivocados al no verlo como él lo ve.
Al mismo tiempo, su búsqueda de la realización personal, su idealismo y simplificación lógica, le hacen difícil comprender las opiniones y experiencias de otras personas, lo que provoca la llamada "Crisis generacional", forma más o menos agradable de llamar a una actitud caracterizada por el rechazo y falta de comunicación entre el adulto y el joven.
Por si fuera poco, los amigos, las modas, los medios de comunicación les aportan modelos diferenciados a los que se consideran como deseables por parte de la familia.
En otras palabras el joven madura día a día con intentonas, dudas y desafíos que exigen nuestra paciencia y, muchas veces, con rechazos de las ideas y propuestas que desde la perspectiva adulta se le proponen. A pesar de que, como veremos posteriormente, estén necesitados de sentirse apoyados y aceptados en el seno familia
El adolescente frente a la autoridad.
Aparece un cambio de actitud ante la autoridad, de niños solían remolonear o coger rabietas, pero no cuestionaban nuestra autoridad, ahora la cuestionan y buscan razones más o menos acertadas para criticarnos.
Su deseo de independencia, junto a su espíritu crítico (todo lo que ve tiene que ser cuestionado) le lleva a criticar la autoridad y las formas adultas, incluso las desafiada (busca nuevas modas, nuevas formas de hablar y actuar, se muestra rebelde y desafiante...) y llega en casos extremos a rechazar ese mundo adulto (en ocasiones con rechazos más externos, expresiones o modas, en otras con rechazo a los valores y expectativas de los padre
No obstante y a pesar de todas sus manifestaciones de crítica y desafío, siempre necesitan la seguridad que les da el saber que alguien firme, maduro se preocupa y vela por ellos. Así parecen mostrarse más críticos con la familia que con los amigos, pero continuamente están reclamando su auxilio y presencia y ya no sólo para comer o vestir, sino, también, afecto y apoyo personal.
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El adolescente ante el modelo familiar .
La búsqueda de nuevas experiencias, el deseo de probar todo le lleva, a veces, a la idea de considerar que su ambiente familiar y escolar le pone dificultades e impide el disfrute de las experiencias que desea tener, la familia y la educación le obligan a tareas que no desea hacer y le impide hacer otras que le ilusionan. Todo ello hace que se incremente su actitud de rechazo ante el modelo familiar y educativo.
El joven tanto en el seno familiar, como en el ámbito educativo, puede mostrar una apatía (pasotismo) desesperante que es reflejo de su estado anímico: puede estar muy aburrido y no aceptar la invitación de un hermano para jugar a algo que hasta ayer le encantaba, puede negarse a colaborar en todas las tareas de la casa y al mismo tiempo exigir que todo esté a su gusto y en el momento que quiere... Situaciones que, en algunos momentos, crean un gran malestar en la convivencia familiar.
Sin embargo, los usos y costumbres defendidos por la familia, aún a pesar de ser criticados y rechazados, representan un marco de seguridad y confianza para el joven ante un conflicto con otros compañeros y con la vida.
El adolescente frente a los amigos .
Su dependencia del grupo y su gusto por la relación social fuera de la familia, hacen que se sienta más identificado con el modelo "joven" y en confrontación con el modelo "adulto". Adopta las modas y actitudes de sus compañeros, les alaba frente a la familia, mientras critica a ésta; pero debemos ser conscientes de que esa crítica adopta formas de autodefensa (nosotros también tenemos defectos) y de tentativa (lo que digo y hago en casa no me atrevo a decirlo ante los amigos por si me ridiculizan).
Tienen una fuerte necesidad de sentirse aceptados, del refuerzo de su identidad personal por parte del grupo de amigos. Desean compartir experiencias con los amigos (con sus iguales), por lo que idealizan la amistad, aunque ésta les provoque conflictos. Ello explica la fuerte influencia de los amigos sobre la conducta del joven.
A veces los amigos pueden convertirse en una mala influencia para algunos jóvenes por lo que se hace necesario buscar oportunidades para conocerlos y para que nos conozcan, para poder ofertar a ese joven otros modelos que consideremos más próximos, en este sentido las asociaciones juveniles o los centros para jóvenes de cada municipio pueden ser muy útiles.
No obstante toda la identificación con los amigos y la crítica de la familia la adolescencia es una etapa rica para la formación de actitudes, a través de la confrontación de experiencias con amigos, familia, educadores, lecturas, etc. Confrontación, que no enfrentamiento, tener experiencias aunque puedan no ser todo lo exitosas que se desearía ayuda al joven a madurar, pero, ojo, si la experiencia supone un riesgo muy fuerte es preferible privarlos de ella, ofreciéndoles otra alternativa que pueda serles atractiva y que evite los riesgos de la que tememos.
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El joven y la educación .
Las exigencias de su educación son excesivas para ellos, preferirían estar divirtiéndose o, incluso, perdiendo el tiempo. Exigencias que van desde el estudio a la conducta, desde la imposición de un horario y tareas rígidas a la obligación de una dedicación continuada en el centro y en casa. Esta situación, más aún en los jóvenes para los que los estudios no son demasiado llevaderos, puede llevarles a ir abandonando poco a poco sus responsabilidades de estudio, es preciso por tanto una atención continuada por parte del centro y de la familia que le refuerce en su esfuerzo y le controle su trabajo.
Por otro lado el centro educativo, si bien es un lugar para su vida social con los amigos, también es un lugar de trabajo en el que tiene que estar continuamente demostrando su valía, si eso lo unimos a su deseo de otro tipo de expansión y a su búsqueda de autonomía entenderemos el porqué de la actitud de algunos jóvenes ante los estudios. Volvemos al control y seguimiento diario por parte de la familia como medio de contrarrestar esas tendencias. Necesitan motivación y sentirse aceptados y apoyados de forma permanente, necesitan entender que los esfuerzos que están realizando tienen una justificación y razón de ser.
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El joven y la moda .
La moda le permite al joven sentirse de una época, identificarse con otros jóvenes, mostrar su falta de acuerdo con las formas de los adultos. De hecho muchos jóvenes han o hemos tenido modas más o menos pasajeras y extrañas que abandonamos sin darle mayor importancia cuando empezamos a sentirnos adultos.
En ocasiones las exigencias de la moda se convierten en un calvario familiar (música estridente, ropa que nos parece más o menos inadecuada, formas de hablar que consideramos descorteses...), a los adultos no nos queda más que ser un poco pacientes y aceptar algunas de esas manifestaciones, aunque no dudemos en poner límites.
Las modas sólo son formas externas y pasajeras que el tiempo cambia y no resultan esenciales para la formación de la personalidad, aunque el joven así las vea. En conclusión, la moda juvenil puede y debe tener un límite, aquel que la familia establezca, aunque siempre sea contando con el diálogo y la paciencia como armas útiles para aproximar posturas y evitar enfrentamientos inútiles y dolorosos.
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Los servicios de apóyo para los jovenes .
Las familias podemos encontrar orientaciones y apoyo en estas situaciones de “enfrentamiento generacional”, podemos consultar al profesorado, podemos buscar la ayuda de un centro juvenil y podemos buscar información (mejor si es de forma compartida entre el joven y el adulto) sobre el tema que deseemos en Internet.
- En el centro educativo no sólo nos orientarán sobre los temas educativos del chico o de la chica, sino que posiblemente podrán facilitarnos algún dato de interés de un centro en el que encontrar asesoramiento y apoyo sobre otros temas no educativos.
- En los centros juveniles podremos encontrar una gran cantidad de actividades para jóvenes que son atractivas y útiles; pero además son probabilidad dispondrán de servicios de asesoramiento y apoyo ante los conflictos y necesidades que tengamos.
- Aca les dejo un video , que demuestra los cambios y las actitudes en la adolescencia .
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