sábado, 11 de octubre de 2014

Sarampión .


  • ¿Que es? 

El sarampión constituye, junto con la rubéola, roséola,eritema infeccioso y varicela, uno de los exantemas o erupciones cutáneas clásicas que se presentan en la infancia.



  • Causas : 

El sarampión es una enfermedad vírica aguda causada por un paramixovirus del género Morbillivirus. Este virus tiene la capacidad de romper la membrana de las células (lisis celular) y provocar la fusión de las mismas, formando células gigantes multinucleadas; como resultado, el virus pasa de una célula a otra. En algunos tipos celulares (por ejemplo, células del cerebro humano) pueden aparecer infecciones persistentes sin presentar lisis celular. Clínicamente se manifiesta por tos, fiebre, exantema, y un característico enantema a nivel de la mucosa oral conocido como “signo de Koplik”.
El virus del sarampión es muy contagioso y se transmite de una persona a otra por inhalación del agente contenido en las gotitas que se expulsan al hablar, toser o estornudar (gotas de Pflügge), o por contacto directo con secreciones nasofaríngeas o artículos contaminados recientemente. La replicación local del virus en las vías respiratorias precede a la diseminación del mismo por el sistema linfático, infectando la conjuntiva, las vías respiratorias, el aparato urinario, pequeños vasos sanguíneos, el sistema linfático y el sistema nervioso central.
Durante el periodo de incubación, el virus provoca un descenso en el número de eosinófilos y linfocitos B y T, y una disminución de su capacidad de respuesta. El exantema del sarampión es producido por la acción de los linfocitos T, que forman parte del sistema inmunitario, cuando estos combaten a las células endoteliales, que revisten el interior de los capilares, y que han sido infectadas por el virus. La mayoría de los pacientes se recupera del exantema y conserva la inmunidad frente al virus durante toda la vida.
El virus también puede producir secuelas en el sistema nervioso central debido a la inmunopatogenia (encefalitis post-infección del sarampión) o desarrollo de mutantes defectuosos (panencefalitis esclerosante subaguda PEES).
Las células inmunitarias (linfocitos T y B) son muy importantes para defender al organismo de la infección por el virus, sin embargo, son las responsables de producir la mayoría de los síntomas de la enfermedad. En los niños que han sido infectados por el virus y que presentan deficiencia de linfocitos T, se puede presentar neumonía, sin presentar exantema. Tras producirse la infección, y a  lo largo de las semanas siguientes, el virus es capaz de reducir la respuesta de las células inmunitarias al infectar los monocitos, linfocitos T y B, y favorecer la síntesis de citocinas (sustancias que reducen la capacidad del organismo de producir una adecuada respuesta inmunitaria).
  • Sintomas : 

Clínicamente se pueden distinguir tres periodos del sarampión en función a sus síntomas: periodo de incubación, invasivo y exantemático.
El primero (periodo de incubación) tiene una duración de 10 a 14 días y es el comprendido entre el momento de la infección y la aparición de fiebre.
El segundo periodo (invasivo) tiene como principal síntoma la presencia de fiebre elevada durante aproximadamente tres a cinco días. Acompañando a la fiebre hay malestar, rinitis, laringitis y conjuntivitis. Al mismo tiempo aparecen las manchas de Koplik (presentes en el 70-90% de los casos), de color blanquecino sobre base eritematosa, localizadas al nivel del segundo molar, y que desaparecen al segundo día del exantema.
Por último, el periodo exantemático se inicia hacia los 14 días del contagio, con la aparición de un exantema maculopapuloso de color rojo violáceo, muy numeroso, que primero se inicia en la cabeza, detrás de las orejas y, posteriormente, se va extendiendo al resto del cuerpo. El exantema dura cuatro-cinco días y comienza a desaparecer en el mismo sentido que surgió, dejando una leve descamación.
  • Diagnostico : 

El diagnóstico se basa en criterios clínicos, epidemiológicos y serológicos. Es importante conocer las inmunizaciones que ha recibido el paciente y si ha tenido contacto previo con personas afectadas por sarampión.
La exploración clínica, en la que se puede observar la presencia de fiebre, catarro, tos, manchas de Koplik y exantema maculopapuloso, es suficiente para realizar el diagnóstico.
El diagnóstico clínico en el laboratorio incluye la detección de anticuerpos IgM específicos contra el sarampión, o un incremento significativo de las concentraciones de anticuerpos entre los sueros obtenidos en la fase aguda y la de convalecencia. El aislamiento del virus en cultivo celular de muestras de sangre, conjuntiva, nasofaringe u orina, obtenidas antes del tercer día de la erupción, es otro método, aunque menos usado.
  • Tratamiento y Vacuna para el Sarampión : 

La finalidad del tratamiento es controlar y mitigar los síntomas del sarampión, como la fiebre y la tos.
En España, existe una vacuna atenuada frente al virus del sarampión, que se administra desde el año 1978. Dicha vacuna es la responsable de una reducción significativa de la incidencia del virus. La vacuna del sarampión, que se administra en dos dosis junto a las vacunas de otras dos enfermedades víricas, la rubéola y las paperas (parotiditis), se conoce como la vacuna triple vírica. Consiste en la introducción de los gérmenes vivos pero atenuados, es decir, no producen la enfermedad, pero permiten al organismo de los niños producir defensas (anticuerpos) frente a estas enfermedades, evitando así que las padezcan en un futuro.
La vacuna está indicada en todos los niños dentro del calendario de vacunación infantil. Otros grupos susceptibles de contraer la enfermedad en los cuales también estaría indicada la vacunación son aquellos adultos que no hayan sido vacunados frente al sarampión en su infancia en las personas que tengan intención de viajar a países endémicos.

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